La ecografía es un procedimiento de diagnóstico que emplea el ultrasonido para crear imágenes bidimensionales o tridimensionales. Estas imágenes sirven al ecografista para analizar la forma, tamaño y función de los órganos estudiados.
Probablemente la ecografía es la prueba más inocua que se realiza para el estudio de enfermedades. Los ultrasonidos utilizados no producen ningún daño a adultos, niños o embriones.
El desarrollo de esta tecnología ha sido enorme en los últimos años; inicialmente se utilizó para el control de los embarazos por su falta de riesgo. En la actualidad se utiliza la ecografía para estudiar la mayor parte de órganos del cuerpo humano, solamente presenta alguna dificultad cuando hay aire o hueso.
Siempre un médico especialista. Una vez obtenidas las imágenes, el médico especialista, ya sea radiólogo o perteneciente a otras especialidades como ginecólogo, cardiólogo, etc, realizará su análisis y emitirá un informe. En muchos casos será la primera prueba a realizar y con el resultado se decidirá si es necesario hacer más pruebas.
Generalmente se realiza sobre la piel con ayuda de un gel transmisor de ultrasonidos. En ocasiones se utilizan sondas endocavitarias (a través del recto o vagina) para el estudio de algunos órganos internos como la próstata o el útero y ovarios.
Sí, la ecografía sirve en numerosas ocasiones como guía para realizar punciones y biopsias para el estudio de enfermedades, incluso para realizar drenajes de colecciones. El médico le indicará siempre al paciente cuando se van a realizar y cuáles son los objetivos de estas intervenciones. En estos casos se suele pedir un consentimiento informado adicional.
Efectivamente, el Doppler es un tipo especial de ecografía que añade la posibilidad de estudiar el movimiento de la sangre, por lo que se utiliza para analizar arterias, venas así como la vascularización de órganos.